Gustav Klimt (14 de julio, 1862 – 6 de
febrero, 1918) fue un pintor simbolista austriaco, y uno de los más conspicuos
representantes del movimiento modernista
de la Secesión vienesa.
Klimt pintó lienzos y murales con un estilo personal muy ornamentado, que
también manifestó a través de objetos de artesanía, como los que se encuentran
reunidos en la Galería de la Secesión vienesa.
Intelectualmente afín a cierto ideario romántico, Klimt encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes
fuentes de inspiración.[1]
Sus obras están dotadas de una intensa energía sensual, reflejada con especial
claridad en sus numerosos apuntes y esbozos a lápiz,
en cierto modo herederos de la tradición de dibujos eróticos de Rodin
e Ingres. Klimt se convirtió en un personaje
muy notable en la alta sociedad vienesa, y estuvo relacionado de un modo u otro
con los más notables círculos intelectuales del momento, en una época en la que
Viena estaba dejando de ser la capital mundial del arte.
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